martes, 11 de noviembre de 2014
Comentario diezmo.
Se define como diezmo a la parte de la cosecha, generalmente la décima, que se pagaba como tributo a la Iglesia o al rey. Así sucedía en el pasado donde estábamos sometidos a la nobleza y al clero, pero en la actualidad a nadie se le ocurriría cumplir estas leyes absurdas, pero peor me parece la persona que decide llevarla a cabo. ¿Cómo puede ser que en la actualidad esto pueda ocurrir? Muchas leyes fueron derogadas o abolidas como es el caso de esta norma que obligaba a pagar por trabajar las tierras. Puede que en el pasado fuera así, pero los problemas económicos que se pudieron dar o cualquiera que fuese la cusa, no son suficientes para llevar a cabo este tipo de pagos, es un retroceso y carece de sentido, se deberían tomar otro tipo de medidas sobre las fincas y por último decir que la forma en que se pagó lo impuesto fue la correcta, ya que si pedían que se cumpliera esta ley tan antigua, el pago debía de ser el establecido en aquella época, fue la forma adecuada de corresponder ante la desfachatez de pedir el diezmo.
Comentario desamortización.
En el Antiguo Régimen la propiedad de la tierra estaba en su mayor parte amortizada; es decir vinculada a instituciones como la nobleza (a través del mayorazgo), la Iglesia, los Ayuntamientos (bienes propios y bienes comunes) y el propio estado. Al estar vinculada a instituciones estas tierras no se podían vender, partir, etc. Es decir; estaban fuera de los mecanismos capitalistas. Los ilustrados consideraron que esta forma de propiedad era poco racional e impedía una explotación y unos rendimientos más intensivos, por ello denominaron a estos beneficiarios "manos muertas" por lo que se va a llevar a cabo un proceso desamortizador entrado el siglo XIX con el objetivo de vender los bienes de estos manos muertas al mejor postor.
La desamortización va a resultar clave en el cambio del antiguo al nuevo régimen que se instaura en el siglo XIX. . En España el proceso desamortizador tuvo bastantes consecuencias perjudiciales,
En el siglo XIX las innumerables guerras (independencia, colonial, carlista...) hicieron aumentar considerablemente la deuda pública y poner en graves aprietos al Estado. En este contexto hay que entender el proceso desamortizador del siglo XIX tanto de Mendizábal como de Pascual Madoz.
En toda desamortización hay dos pasos. Por una parte está la nacionalización de los bienes de las manos muertas (unas veces con indemnización como con Madoz y otras sin ella como en el caso de Mendizábal).
Y, por otra parte, esos bienes se venden a propietarios privados, con siempre previa obtención de unos beneficios por parte del Estado, pues la motivación principal práctica de ello eran solucionar los problemas de la Hacienda Pública. Esta venta de los bienes se producía en las Casas Consistoriales a modo de subasta dónde se podían señalar dos clases de postores: los capitalistas que especulaban con los postores más bajos para así beneficiar la ganancia del Estado en el ámbito económico y, el llamado segundo gremio de los que que intentaban comprar bienes que les permitiesen sobrevivir en la sociedad tan clasista existente en la época.
Por una parte la desamortización tenía un carácter de aumento de la riqueza del Estado y, como ya hemos dicho, la nacionalización de los bienes para poder ser subastados. Pero este proceso se convirtió en un proceso especulativo y clasista que no hizo más que pasar los bienes, como bien insinúa el texto, de un grupo acaparador a otro aún más capitalista y acaparador. Por esto las clases más bajas, las campesinas nunca vieron su producción terrenal hecha una propia y en buena realidad económica.
La desamortización va a resultar clave en el cambio del antiguo al nuevo régimen que se instaura en el siglo XIX. . En España el proceso desamortizador tuvo bastantes consecuencias perjudiciales,
En el siglo XIX las innumerables guerras (independencia, colonial, carlista...) hicieron aumentar considerablemente la deuda pública y poner en graves aprietos al Estado. En este contexto hay que entender el proceso desamortizador del siglo XIX tanto de Mendizábal como de Pascual Madoz.
En toda desamortización hay dos pasos. Por una parte está la nacionalización de los bienes de las manos muertas (unas veces con indemnización como con Madoz y otras sin ella como en el caso de Mendizábal).
Y, por otra parte, esos bienes se venden a propietarios privados, con siempre previa obtención de unos beneficios por parte del Estado, pues la motivación principal práctica de ello eran solucionar los problemas de la Hacienda Pública. Esta venta de los bienes se producía en las Casas Consistoriales a modo de subasta dónde se podían señalar dos clases de postores: los capitalistas que especulaban con los postores más bajos para así beneficiar la ganancia del Estado en el ámbito económico y, el llamado segundo gremio de los que que intentaban comprar bienes que les permitiesen sobrevivir en la sociedad tan clasista existente en la época.
Por una parte la desamortización tenía un carácter de aumento de la riqueza del Estado y, como ya hemos dicho, la nacionalización de los bienes para poder ser subastados. Pero este proceso se convirtió en un proceso especulativo y clasista que no hizo más que pasar los bienes, como bien insinúa el texto, de un grupo acaparador a otro aún más capitalista y acaparador. Por esto las clases más bajas, las campesinas nunca vieron su producción terrenal hecha una propia y en buena realidad económica.
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